Desde mediados del siglo XX, los británicos presumen de la BBC como referente principal en la difusión del idioma inglés por todo el mundo. Es cierto, sus documentales, noticiarios y programas de entretenimiento gozan de un merecido prestigio y muchos de ellos, por su calidad y rigurosidad, se utilizan como ejemplo en muchas escuelas de idiomas para el aprendizaje de la lengua de Shakespeare.
Sin embargo, la emisión de un documental sobre los británicos residentes en la Costa del Sol ha sembrado algunas dudas sobre si la cadena sigue manteniendo los estándares que la han dado su prestigio y ha generado una polémica sobre el tema de traducción libre.
Costa del Sol: Last Brits Standing
El documental titulado ‘Costa del Sol: Last Brits Standing’ trata la situación de los británicos en la Costa del Sol. Describe cómo son vistos por los nativos españoles y cómo intentan sobreponerse a una situación económica complicada debido a la crisis que afecta a España desde hace ya varios años.
Hasta aquí parece un guion totalmente normal. Lo que resulta muy extraño es ver como la BBC se toma algunas libertades que rozan lo inverosímil, especialmente a la hora de traducir ciertas expresiones. Y aquí es donde surge la cuestión. ¿Por qué la BBC permite la emisión de un reportaje donde claramente se manipulan las traducciones? ¿Qué finalidad persigue este tipo de actuaciones?
Quizás, en algún momento de su pasado, el editor del documental tuvo alguna mala experiencia en la Costa del Sol o simplemente tenía uno de esos momentos de exaltación en el que uno tiende a pensar que sus compatriotas y su nación tienen algo especial que los sitúa por encima del resto.
Solo así se explican algunas licencias que el documental se permite y que no dejan a los españoles en muy buen lugar. Como el momento en el que unas chicas andaluzas definen a las inglesas como “facilonas” y en inglés se convierten directamente en “putas” (slag), o que hablen de “ligar” en español y los espectadores ingleses lean “acostarse”.
Solo son dos pequeños ejemplos del uso arbitrario de las traducciones, una práctica impropia de una cadena como la BBC y que se convierte en una herramienta más en un documental que parece producido exclusivamente para resaltar una supuesta aversión de los nativos españoles hacia los ingleses.
Pero no solo las traducciones están tratadas en este sentido, muchas otras declaraciones de residentes británicos ponen el énfasis en su difícil situación en España fruto de la crisis pero sobre todo como consecuencia de un supuesto menosprecio que como colectivo reciben de los españoles.
Minuto a minuto, el programa va deslizando todo tipo de comentarios sobre las causas que, en opinión de algunos entrevistados y del propio presentador, han llevado a los ingleses a huir de la cruel existencia que aparentemente sufren en la Costa del Sol para emprender el camino de regreso.
Para ello, no dudan en dar su particular visión sobre temas de especial sensibilidad como la sanidad pública, las pensiones o el paro juvenil.
El hecho de utilizar el lenguaje para manipular el contenido real de las declaraciones de los españoles es totalmente censurable. Sería interesante comprobar si el responsable final de la emisión del documental ha leído últimamente los valores editoriales y éticos de la BBC que, teóricamente, deben regir cualquier producción.
En una rápida lectura de los mismos encontramos conceptos tales como, confianza, precisión, imparcialidad, integridad e independencia o justicia. ¿Se les habrá olvidado? Sea como sea, si el resultado era conseguir notoriedad, lo han conseguido, aunque a costa de menospreciar el prestigio y reputación de una de las mejores cadenas de televisión del mundo.
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