traduccion asistida y automática

¿Cuál es la diferencia entre la traducción automática y la traducción asistida?

En los últimos años han surgido varias innovaciones tecnológicas que facilitan el trabajo de los traductores. Las más importantes son las herramientas de traducción asistida y las de traducción automática. ¡Pero no son lo mismo! 

¿Conoces las diferencias? Te contamos en qué consisten y para qué se utilizan.

 

Hace 40 años, cuando todavía no existía Internet y los ordenadores estaban poco extendidos, el trabajo de un traductor era muy diferente a ahora. Solo disponía de su experiencia y conocimientos, unos cuantos diccionarios especializados y mucha paciencia para poder llevar a cabo las traducciones de sus clientes. 

¿Te imaginas?

Afortunadamente, en las últimas décadas la informática y sobre todo Internet han revolucionado el trabajo de los traductores, generalmente para bien (aunque también han provocado que por ejemplo traducir de español a inglés o a la inversa parezca mucho más fácil de lo que realmente es).

Entre las principales innovaciones que han contribuido a facilitar nuestra tarea, aparte de los diccionarios online, están dos herramientas de las cuales posiblemente hayas oído hablar: la traducción asistida y la traducción automática. Sin embargo, ¡no hay que confundir estos dos términos!

Traducción asistida: una ayuda para los traductores profesionales 

La traducción asistida por ordenador (o TAO) es el nombre que reciben una serie de programas de software creados para simplificar los encargos de traducción. 

Muy básicamente, lo que hace un programa de traducción asistida es dividir el texto en segmentos o frases que vas traduciendo una detrás de otra. En una columna tienes el texto original o «fuente» y en la otra el texto traducido o «destino». 

Esto facilita mucho la traducción y sobre todo la corrección, al poder comparar ambos textos.

traducción asistida y automática

Creado en 1984, Trados es el software de traducción asistida más conocido, pero existen muchos más.

Pero lo más interesante es que un software de traducción asistida guarda en su memoria todos los segmentos que has traducido anteriormente. De modo que, cuando vuelven a aparecer en otra traducción, te indica cómo los tradujiste la última vez. Esto se llama «memoria de traducción» y resulta muy práctico, por dos motivos:

  • Evita que tengas que volver a traducir algo que ya tradujiste, lo cual permite ahorrar tiempo y reducir el coste de una traducción.
  • Asegura la consistencia entre las traducciones, es decir, que un mismo segmento no se traduzca de forma distinta cada vez.

Por lo tanto, la traducción asistida también hace posible la traducción colaborativa. Es decir, que varios traductores pueden trabajar en un proyecto grande o para un mismo cliente sin que se noten las diferencias en la forma de traducir de cada uno. 

Sin embargo, no todo resulta tan sencillo: a menudo, las memorias de traducción no se pueden aplicar automáticamente a dos segmentos muy similares, porque el contexto de la traducción puede variar. Por ejemplo, la palabra “device” (dispositivo) puede tener significados diferentes según el contexto en el que se use:

  • Electronic device = dispositivo electrónico
  • Rhetorical device = figura retórica
  • Incendary device = bomba incendiaria

Es tarea del traductor contrastar las sugerencias que le hace la memoria de traducción y decidir si se pueden aplicar o no al texto que está traduciendo. 

Los programas de traducción asistida ofrecen otras funciones muy útiles, como contar el número de palabras y las repeticiones para calcular el precio de una traducción.

Traducción automática: una promesa que no se acaba de cumplir

Por su parte, la traducción automática (TA) se refiere a las traducciones realizadas por una máquina, en lugar de un humano. Parece algo muy moderno, pero en realidad es bastante antiguo. 

Ya en los años 50 se llevó a cabo el experimento Georgetown-IBM, en el que la Universidad de Georgetown y la multinacional IBM desarrollaron un programa muy rudimentario que permitía «traducir» frases del ruso al inglés. 

Se necesitó un ordenador que ocupaba casi una habitación entera y los resultados no fueron muy espectaculares, pues apenas era capaz de traducir sesenta frases de pocas palabras. Pero la innovación causó tanta expectación que alguien llegó a afirmar que en «tres o cuatro años ya no se necesitarán traductores humanos».

traducción asistida y automática

En 1956, este pedazo de ordenador fue el primero en realizar una traducción automática. (Foto: IBM).

Como verás, las expectativas no se cumplieron porque sesenta años después se necesitan más traductores que nunca

Y es que la traducción es una tarea bastante más complicada de lo que parece y de momento ningún ordenador ha logrado igualar el trabajo de un buen traductor: solo tienes que ver los flagrantes errores que sigue cometiendo el Traductor de Google, el programa más popular de este tipo, o los servicios de traducción fraudulentos que se ofrecen mediante estas herramientas.

Sin embargo, la traducción automática resulta útil para automatizar la traducción de palabras o frases breves que no admiten dobles sentidos, o para comprender qué dice un documento o página web en otro idioma (pero no por ejemplo para traducir una tienda online al inglés, si pretendes que algún cliente llegue a comprar algo en ella).

En conclusión, la traducción asistida y la traducción automática han simplificado mucho las tareas de traducción.

Pero la participación de un traductor profesional y con experiencia sigue siendo imprescindible si quieres conseguir buenos resultados.

¿Crees que algún día una máquina podrá hacer el trabajo de un traductor? ¡Comenta en las redes sociales!

 

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